miércoles, 10 de noviembre de 2010

CULTURAL: “DE TODOS LOS FUEGOS EL FUEGO”

MUESTRA DE LA POESÍA SUCRENSE

En esta oportunidad la página cultural de Eco Sucrense está orientada a conmemorar los 70 años de cambio de nombre del pueblo Huauco – Sucre.

El homenaje poético a nuestro pueblo está constituido por una antología de diferentes poetas entre consagrados y aficionados.

En sus poemas, transidos de amor y honda raigambre en la tierra amada, los creadores de la palabra armada plasman su adhesión al pueblo que los vio nacer.

A este homenaje se aúna el poeta de América.


PLEGARIA EN LA QUINTILLA


De la unión de los cerros,

“Huishquimuna” y “Lanchepata”,

del alma del roquedal

nace la divina QUINTILLA

con su eterno manantial.

A la vera de tu cauce

quiero entonar mi cántiga,

oteando tu faz grave

¡Noble cerro señorial!

El genial Nazario Chávez

y el gran Tarsicio Bazán,

te cantaron sus plegarias

¡Oh Sucre, eterno ideal!

De tu campiña laderas

cerros y faldas plomizas,

Alcibíades Horna pregonaba

la belleza que fascina.

En eternos pentagramas

de poemas y de versos,

dos guitarras hermanadas

se confunden en un beso.

Onésimo Silva el “Maestro”

sus arpegios va a plasmar:

elogiando a Clodomiro

a Nazario Magistral,

y al simpar Quevedo Reyna

el caballero ejemplar.

Con su lira de oro y plata

Máximo Chávez “Sachama”

a su cuna alabará

proclamando desde lejos

sus amores y cantar.

Teodoro Rojas, ausente,

de su tierra escribió

con su pluma siempre ardiente

HUAUCO lindo hasta morir.

Aquí en tu límpido cielo

Rutila con propio esplendor

el nombre de Alfonso Rodríguez

del “San José” creador.

Que las nuevas generaciones

guarden en mente y corazón

los nombres de sus hermanos,

Así termina el plañido

de tu hijo y su ilusión,

SUCRE lindo, Edén eterno,

tierra de mi inspiración.

Fibras del tiempo (pág. 61)

Aliaga Zegarra Gutemberg.


A MI QUERIDA TIERRA


Fuiste Huauco en un tiempo

hoy eres Ciudad de Sucre

tus hombres fueron de temperamento

hoy solo tienes recuerdos en nube.

Eres linda tierra, con tu campiña

que Dios te dotó como por encanto

no dejes que tus mujeres riñan

y mitiga tus faenas en el quebranto.

Que tus hombres de hoy, siempre imiten

a esos hombres de antes que no sentían

y con su inteligencia siempre te pinten

como esos viejos de lucha lucubrarte sabían.

Hoy te recuerdo con toda tu hermosura

tus lindas mujeres tan trabajadoras

y mientras tejen cantan con dulzura

y así alegres pasan las horas.

Hoy eres Sucre pero siempre persistes

en mi memoria tu nombre antiguo

viendo tu historia no permitisteis

que te atropelle ningún verdugo.

Eres mi tierra mi tierra querida

que un día de madrugada

en plena luz de luna resplandeciente

de ti muy triste me ausente.

Me salí de ti me aleje

con esperanza hacia ti volver

si la suerte quiere dejarme

ver cuánto permita ver.

Hoy que cambiaste hasta de nombre

no sé qué ofrendarte tierra amada

siempre te nombro tierra bendita

te ofrezco mi alma toda enterita.

No es tarde un día que a ti vuelva

para vivir con tus costumbres

alegría toda, ninguna pena

al verme rodeado por altas cumbres.

Tus cerros grandes y tan hermosos

como defensa que Dios te dio

tus praderas con sauces frondosos

que en mi memoria lo tengo yo.

Tu riachuelo con tus molinos

el agua pura y cristalina

tu iglesia grande donde pedimos

a Dios nos ampare con su providencia divina.

Por José Sánchez Silva: Tomado de La Voz de Sucre número 4 del 15 de enero de 1946.


Enterradme en Sucre


Cuando yo muera,

enterradme

a los pies de la cruz

que adorna el Huisquimuna.

Enterradme

en la cima de aquel cerro

sin mortaja, ataúd,

lápida ni pena.


Envolvedme con su tierra

poco a poco;

quiero sentirlo todo,

aun de muerto.


Enterradme sin trompetas,

en silencio, humildemente;

quiero observarlo todo

desde arriba,

quiero reír o llorar

junto a mi pueblo.


Enterradme allí;

que me acariciarán

los vientos en la noche

y me hablarán

los niños

con los ecos

de sus voces.


¡Enterradme!

Enterradme apretadito

entre sus piedras;

aunque en mi lecho

no crezcan,

ni flores, ni mala hierbas.


José Luís Aliaga Pereyra (1959) Escritor sucrense radicado en Lima; lo suyo es el relato corto, sus cuentos irónicos y sagaces, son un grito contra el abuso, la injusticia y la corrupción. Por sus constantes denuncias pertenece a esos hombres con corazón que solo sucumben en la lucha.

SUCRE

En mi cuaderno de escolar

sobre las pencas del cercado

en las greñas de los caminos

en esta Lima que aborrezco

sobre tus lomos y en tus lomas

escribo tu nombre

O. Aliaga

SUCRE ANTES HUAUCO

Tus cerros que a distancia besan el cielo alabastrino

Hacen de mí un soñador.

Hacen de mí un soldado.

La roca de tu cero impávido y cetrino.

La campiña de tu pampa grande y el común.

Hacen de mí un pastor.

Hacen de mí un enamorado

El vuelo de las mariposas y la flor de la papa común.

La fría agua de la quintilla

Hace de mí tu defensor.

Hace de mí un sucreño obsesionado

El sabor único de tu papa guagalina o amarilla.

O. Aliaga


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