miércoles, 10 de noviembre de 2010

El último alcalde del Huauco

A los pueblos les nacen hijos que sobresalen por su trabajo y por su talento. En el Distrito de Sucre, un pueblo pequeño del Perú profundo, cuyo presupuesto municipal (en la actualidad), apenas llega a dos millones de nuevos soles, nació un hombre de conmovedor ejemplo y nobleza.
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Así de sencillo y profundo, heróico y ejemplar, era don Agustín Marín, imagen fiel de su propio pueblo.

La juventud debe aprender a conocer y a honrar a los hombres que pusieron su vida al servicio de su pueblo y que puede servir de espejo y guía permanente para todos, nos referimos al señor AGUSTIN MARIN CHAVEZ, sucrense virtuoso y meritorio, integro sin dobleces y buen vecino capaz de acciones grandes, para engrandecer a su pueblo.

Son muchos y muy valiosos los meritos que orlan la biografía de este Huauqueño con grandeza, entre ellos el de ser el último alcalde del Huauco alto, peripuesto, afable, sosegado de voz pausada, colaborador, digno religioso diríase un hombre con Dios y con moral, así fue don Agustín Marín Chávez que nació en el pueblo del Huauco hoy Sucre en el año del señor el 6 de Setiembre de 1898 en una humilde casa del barrio la Toma.

La casa donde nació estaba ubicada en la Calle Piura que antes se llamo Calle El Mirador, era una casa pequeña de un solo piso y de dos o tres piezas a lo sumo, también tenía una huerta en donde sus padres sembraban productos de pan llevar.

Su padre fue don Manuel Isaac Marín, negociante y agricultor, su madre se llamó Alvina Chávez dedicaba a los quehaceres de la casa. Siendo muy niño su padre impelido por la aventura emprende viaje a la Oriental ciudad de Iquitos, este viaje marco profundamente al infante Agustín y a la Familia Marín Chávez, pues en esa ciudad cauchera se enroló a la policía de los azules, falleciendo en esta actividad durante una misión policial al naufragar la balsa en que viajaban por las aguas del Rio Amazonas. Al perder a su padre, la vida del pequeño Agustín fue un batallar incesante e infatigable.

Estudio la primaria en la escuela fiscal de su pueblo, alumno aprovechado de la escuela; la primaria la cursó sin tropiezos. Adolescente se dedico a trabajar para ayudar con algunos recursos a la casa que tempranamente perdió a la figura paterna. Por los años veinte, con algo de capital y en compañía de su primo Sesostris Aliaga se embarca en el negocio, actividad que la llevaba en la sangre y a la cual se dedicó la mayoría, si no todos los Huauqueños en la antigüedad.

Su plaza de negocios fueron las ciudades de los departamentos de la Libertad, Ancash y Huánuco. El 1938 decidió cancelar el negocio ambulatorio y decide establecerse en su pueblo al lado de su familia junto a su fiel esposa Jesús Marín con quien contrajo matrimonio.

Hombre metódico don Agustín hizo de su tienda, el mejor y más surtido establecimiento del barrio de la Toma, en esa tienda, se expendía productos textiles, ferreteros, mercería, juguetes y productos de primera necesidad.

Durante sus correrías de negociante ambulante, instado por su afición a la música adquirió algunos instrumentos musicales como el violín y mandolina, con las notas de esos instrumentos acompañó a su potente y armoniosa voz de tenor. En esa etapa de negociante ambulante también aprendió el idioma quechua y en Ancash tuvo una aventura amorosa con una mujer, ancashina de cuyo romance nacieron 2 hijas: Dora y luz Angélica.

En la tranquilidad de su hogar y la soledad apacible de su pueblo y siendo muy joven y siempre orientado por la música se acercó a la iglesia, aprendiendo a tocar melodio y algunas canciones religiosas escritas en latín, el párroco de la Iglesia de entonces Gerbacio Marina de origen español, descubrió en el joven sus dotes de contar lo incorporó a la iglesia como intérprete del melodio convirtiéndose de este modo, en el cantor de los misas ordenadas en patín.
Por esa relación la vida del Sr. Marín Chávez que se abrió camino a fuerza de sus propios brazos se anuda con la historia misma de la Iglesia San Isidro labrador, sus cerca de 40 años de labor lo testifican ya que, Agustín se desempeño como cantor ad honorem de la Iglesia desde el año 1920 a 1960 aproximadamente.

Por sus grandes virtudes de civismo y ciudadano ejemplar fue designado por las autoridades superiores de entonces Gobernador, Juez de Paz de primera y de segunda nominación.

Entre los años de 1937 y 1941 desempeñó el cargo de Alcalde realizando una gestión prístina, consecuente y responsable. En 1963 y con ocasión de las elecciones presidenciales de ese año ejerció el cargo de registrador del registro Nacional Electoral. Todos los cargos que ocupó los desempeño con eficiencia, cediendo un ambiente como local su propio domicilio y sin ningún pago pecuniario. Fue padre de 5 hijos: Rosa, Graciela, Livia (fallecidos), Manuel, Isaac y Rosa Albina estos últimos profesores jubilados que ejercieron su profesión con verdadero apostolado. A todos sus hijos les transmitió su virtud y su bondad, les crió y formó abundantes de valores.

El 8 de Setiembre de 1982, día de la natividad de la Virgen María y 2 días después de la fecha de su natalicio, dejó de existir a la edad de 85 años. Las calles de su pueblo, las instituciones locales que supieron de su gestión extrañan el palpitar honesto de su sombra, el duro portón de la Iglesia y el teclado del viejo melodio lloran consternados aun su partida definitiva.

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