viernes, 4 de diciembre de 2009

Editorial Ecosucrense Nº 5: Cinco años de acción con la palabra y la pluma

Neptalí zegarra Salazar

Hace 5 años apareció la revista Ecosucrense, editada en la ciudad de Lima por un grupo de exalumnos del colegio San José, pertenecientes a la dinámica promoción "Clorinda Matto de Turner".

Carátula Ecosucrense Nº 5

Su aparición fue todo un acontecimiento en la cultura de Sucre, motivo de satisfacción y júbilo entre los círculos intelectuales, profesionales y trabajadores, causando un quiebre en la vida cotidiana del pueblo. No era para menos, pues, habría que ser poco perspicases para no darse cuenta que a Sucre le había nacido una revista histórica con muchas ganas de hacer historia.

La razón de su creación obedeció al imperativo de contar con un órgano mediático, para difundir la historia de ese pueblo de asombros y matices imbricados.

Este servidor coordinó la vaga inquietud de los espíritus integrantes y renovdores que en Sucre estaban dispersos puesto que era evidente que, parafraseando a Mariátegui, "por encima de lo que los diferencia, todos estos espíritus ponen lo que nos aproxima y mancomuna, su voluntad creadora".

Sucre es para los sucrenses, como bien lo dice el editorial de la primera edición: "Un conjunto de esperanzas que las solemnes notas de su himno lo expresan, la elocuencia de sus tribunos y poetas, sus rebeldías tenaces y sus lealades antiguas".

Durante el tramo caminado, la revista ha demostrado consecuencia y fidelidad a los principios originarios y no se apartará de éstos, aunque esa obstinación le signifique algunos enemigos; porque la dignidad de Sucre es el acicate que lo mantiene latente e inspirada.

Los temas que se difunden en sus páginas son inéditos y poco conocidos, las denuncias son sensatas y están dirigidas contra las nefastas actitudes de las malas autoridades.

ä defensa de la cultura sucrense y otros asuntos de provecho local son abordados con el más sano y prístino interés de servir al pueblo, sin intenciones soterradas. No tenemos la sapiencia de los escritores, ni el dominio de los especialistas en la comunicación, por eso es que la variada temática de la revista está escrita con un lenguaje coloquial, libre de esa escritra ampulosa. La humildad es el distintivo de todos los que dirigimos este medio llamado ECOSUCRENSE.

La grandeza de Sucre es la utopía por la qu8e la promoción siempre a trabajado con la sinceridad del convencido y con la nobleza del altruista.

Después de este número que marca su primer quinquenio y de sus avatares informativos, el espíritu de los "promos" surge más potente y más prometedor.

El repotenciamiento que nos insulfa esta edición es porque ECOSUCRENSE es el título, que no trasduce, sino que muestra nuestra adhesión y nuestro amor querendón y raigal a Sucre.

El camino que hasta ahora hemos recorrido a lomo del ECO ha sido tortuoso y no esta libre del fárrago de aquellos veleidosos que cambian el encomio por el ataque, de los débiles de moral que faltan a su palabra por temor o por vergüenza, ni de esos intelectualoides presuntuosos y timoratos, que porque vuelan tan alto ven muy pequeñitos a los otros.

En este quinto año del nacimiento de la revista, nuestra conciencia de sucrense y los recuerdos de que fuimos alumnos regulares del Colegio San José están por encima de los ataques y las furiosas desenciones de los que discrepan con la línea informativa de la revista.

El quinquenio de ECOSUCRENSE, que lo celebramos con una alegría renovada, nos sirve de marco para pensar en voz alta que de aquí para adelante, en Sucre debe constituirse ese axioma parafrástico: "La salvación de Sucre será exclusiva de los sucrenses. Por lo tanto sucrenses de todo el Perú UNIOS".

Noviembre 2009

San Isidro Labrador: La fiesta del señor labriego

Por Neptali Zegarra Salazar

A los pueblos andinos, agricultores por excelencia, les vino bien, por orden de los Reyes Católicos, el envio de San Isidro Labrador, el cual llegó al Perú en el siglo XVI. La iglesia, como es obvio, se sintió muy orgullosa de tener en sus altares a tan extraordinario santo y muchos pueblos del Perú lo acogieron como su patrono colocándolo en una usina central del retablo de su templo.

La influencia de San Isidro en la fe de los pobladores fue tan intensa que cada 15 de mayo le rinden culto a lo grande, especialmente los pueblos de Ichoacán, Cascas y Sucre en Cajamarca; Corparuque en Arequipa; Moche en Trujillo, especialmente por la degustación de la sopa teológica; Huaro en Cusco y Puquio en Ayacucho.

Venerado como Patrón a San Isidro lo visten de diferentes maneras, dependiendo del pueblo en el que se le rinde culto, en la mayoría de pueblos le ponen poncho, sombrero de paja, botas y entre las manos le colocan espigas de trigo como es el caso de Sucre.

Misa a San Isidro Labrador, Sucre Perú 2009

Su anda es adornada con dos toros uncidos por el yugo y el arado; en el arco que va aseegurado al anda cuelgan mazorcas de maíz, atados de papas y otros productos provenientes del agro.

En su fiesta, que es el 15 de mayo, los lugareños intercambian los mejores frutos de sus cosechas y se divierten con desenfreno, comiendo y bebiendo.

El santo de la cosecha, la yunta, los rodeos y las danzas habrían llegado al pueblo de Sucre entre los años 1610 -1620.

Procesión San Isidro Labrador Sucre

Su fiesta se extiende por 40 días y el día central es el 15 de mayo en el que los sucrenses participan con gran devoción y entusiasmo.

Antiguamente la fiesta de "San Ishico" estaba ribeteada por un hondo recogimiento de la comunidad creyente, el santo era sacado en procesión ataviado con una vestimenta de campesino, adornaban su anda los frutos de la tierra; esta solemne procesión estaba acompañada por bailes y cánticos de la pallas.

Con el paso de los años esta fiesta tradicional ha ido perdiendo brillo debido a la introducción de los cambios consecuencia del paganismo y consumismo. San Isidro, ese gañan representante de la masa citadina, ahora es vestido de gran señor, con terno y sombrero vaquero; durante las vísperas se notan innovaciones fuera de lugar, la influencia de la tecnología y el ego resaltante de la llamada "Comisión Organizadora".

Algunos miembros del Comité Pro Feria "SIL"
2009 en atrio de la Iglesia

Muchos creyentes dicen: "San Isidro no ha tenido su color rosado, ni estuvo chaposo en la procesión", quizás tengan razón y a juzgar por su semblante, el santo nos quiere decir que no esta de acuerdo con las innovaciones en su fiesta, quiere que sus creyentes vuelvan al camino tradicional en donde prevalezca lo místico y lo espiritual.

Señora Irene Aliaga, Presidenta del Comite Pro Feria "SIL" 2009

En Ecosucrense apelamos a la conciencia de las autoridades y de los responsables de la fiesta para que no se separen de la fuente baustismal de nuestra tradición. Menos derroche del dinero recaudado y mayor unción devota pedimos a los que fungen como directivos en la comisión de la fiesta.

Lo que sigue es una acuarela sobre la fiesta de San Isidro Labrador del distrito de Cascas escrito por el intelectual contumazino Dr. Fiedel A. Zárate y ha sido tomada de su obra "Los lares iluminados".

SAN ISIDRO LABRADOR

El 15 de mayo es el día de San Isidro Labrador. San Isidro fue español y madrileño, ha sido cantado y celebrado por Lope de Vega y Carpio. Todas las artes y profesiones, durante la Edad Media, tuvieron su santo patrón: San Cripín lo fue de los zapateros; San José de los carpinteros; San Pedro, de los pescadores; San antonio, de los porqueros y San Isidro, de los agricultores.

Cuando faltaba una semana para el 15 de mayo, los mayordomos de la fiesta, llevaban al Santo en procesión a las afueras del pueblo para velarlo en un altar a campo abierto. En Cascas, distrito fundamentalmente agrícola, la fiesta de San Isidro revestía las mayores proporciones y solemnidades; y el altar ya no era improvisado, sino existente y, especialmente, construido para el velorio. El lugar, en que existía, se llamaba la Pampa. Como de ordinario, el santo estaba en la iglesia de la ciudad, no podía ni debía velarse, durante la celebración de su aniversario, dentro de ella.

Forzosamente, él, había de estar en el campo, por derecho propio, para representar mejor su profesión y su papel de Santo Labrador. Con este objeto se le sacaba, para que el día de la procesión pudiese retornar a su santa casa, triunfante y ufano, lleno y aviado de todos los productos de la tierra, no como hombre de ciudad, sino, precisamente, como hombre de campo, que traía a aquellas las primicias de sus esfuerzos.

Cumplidos los siete días del velorio campestre, en el que cada una de las noches tenía su respectivo mayordomo, los devotos lo retornaban a su iglesia, como hemos dicho. Los velorios discurrían entre trago y trago, y se amenizaban con conversaciones y proyectos sobre el cultivo futuro del campo, lo mismo que de otras clases de negocios, todo lo cual se salpicaba de chascarrillos y, a veces, agradables comilonas y duraderos bailes.José Esteves, párroco de Sucre

El día de la procesión, el campo bello y hermoso de por sí amanecía alegre y esmaltado. Los pajarillos parecía que entonaban sus canciones más dulces y tiernas; la aurora era más límpida y transparente; lo arroyos, las cascadas, las perlas del rocío, los tréboles y las sementeras doradas y madurantes, se movían más blandamente al beso acariciador del viento de la mañana. Las gentes campesinas amanecían también de Domingo y vestidas de fiesta. Los hombres, con blancos pantalones almidonados y tiesos; los pies muy lavados en el arroyuelo y calzados con bien reciortados "llanques"; otros con zapatos cuya puntera terminaba en forma levantada estilo "Quiñones", según la expresión del lugar, para aludir al zapatero de ese nombre. Llevaban también camisas de tocuyo listado y muy almidonadas; y, sobre ellas, el clásico y delgado poncho de hilo rico, lo mismo que el sombrero de paja de Macora, estilo Catacaos, y levantado "a la pedrada".

A eso de las nueve de la mañana, cuando el sol estaba radiante; el campo, vestido de flores y sembríos, y el alma de los feligreses, retozona y gozosa, salía San Isidro, de la capilla del Salario, sobre sus andas, en dirección a la iglesia de la población. San Isidro iba bajo sencillo y bien confeccionado dosal, hecho de carrizo y adornado con papel de seda de varios colores. Llevaba zapatos campesinos, "siempre marca Quiñones", pantalones arremangados de regante, camisa sencilla y limpia, poncho de hilo con una de las puntas levantadas sobre el hombro derecho, sombrero "a la pedrada", y entre las manos, un gran "porcón" o palana, símbolo de practivibilidad y de hombre de acción y de trabajo. Frente a San Isidro, venía una uncida yunta de bueyes gordos y pintojs, bien labrados, en fina madera, y arrastrando un luciente y roturador arado. Además, se presentaba aviado de todos los productos de la tierra; plantas de maíz con sus barbados choclos, en cada una de las cuatro esquinas de las andas, y acondicionadas al dosel; venían también tomates de castilla, tunas doradas, ramas de habas, tumbos, granadillas, cañas melares, limas, manzanas, "llacones" y flores, tales como pensamientos, malvas de olor, alhelíes, congonas, hinojos, hortensias y clavelinas.

La procesión atravesaba el campo, en el recorrido de una legua, seguida de la banda de músicos del pueblo y de todos los campesinos adultos y menores, quienes iban dando más gala y alegría al campo, por el colorido con que estallaban los cálidos tonos de sus vestimentas rústicas y limpias, todo lo cual se hacía más grato, ante la fresca gracia de las serranías, y el viento traviesillo y delicioso de las fondas.

Las mozas llevaban claveles en la cabeza, los mozos o romeros de la romería llevaban, en la mano, una gavilla de trigo, o una planta de maíz, o una rama de limo. El campo se amenizaba y armonizaba más con estas flores humanas y vivientes, al lado de las naturales.

Por fin, llegaba la procesión a la Asomada. entonces las campanas se echaban al vuelo, y todos los habitantes esperaban contentos la llegada del Santo Labrador. Al llegar la procesión a la Plaza Principal, una "nube" hacía su recorrido de esquina a esquina; y cuando ella abría, maravilosamente, sus alas, dejaba caer flores dulces y papelitos diversicolores, con alabanzas al Labrador, copiadas con las letras de los niños de la Escuela, lo que alguna vez, en parte, confeccionamos. Entraba la procesión, y la fiesta campesina, ecológica, y agropecuaria, como diríamos ahora, terminaba, para recomenzar, indefinidamente, en los años venideros".

CONCORDATO 30 AÑOS BENEFICIANDO A LA IGLESIA CATÓLICA

Ley que privilegia y subvenciona sueldos del clero

La planilla de sueldos de los religiosos y del personal administrativo de la iglesia Católica esta subvencionada por el Estado y el Gobierno Peruano.

El moto aproximado que el estado asigna para sueldos vía el ministerio de Justicia, fácilmente llega a los dos millones de nuevos soles.

Cardenal Cipriani

Este y otros beneficios la iglesia los adquirió gracias a la llamada ley de Concordato que fue firmada por el Presidente golpista Francisco Morales Bermudes. Este concordato o acuerdo entre la santa cede y la República del Perú que privilegia al estado Vaticano y a sus representantes en el Perú fue sancionado por Decreto Ley Nº 23211, el 19 de julio de 1989.

El Decreto Ley, por el cual el país deja de percibir una suma importante de dinero se publicó en una segunda edición del diario El Peruano semiclandestina de apenas 200 ejemplares.

El artículo 8º de este Decreto Ley dice: El sistema de subvenciones para las personas, obras y servicios de la Iglesia Católica seguirá como hasta ahora. Las asignaciones personales no tienen carácter de sueldo, ni de honorarios; por lo tanto no constituyen renta sujeta a tributación.

El artículo 10º dice: La Iglesia Católica y las jurisdicciones y comunidades religiosas que la integran continuaran gozando de las exoneraciones y beneficios tributarios y franquicias que les otorgan las leyes y normas vigentes.

El sueldo que la clase religiosa percibe, varía según el cargo de éstos. Así el Cardenal Cipriani tiene una paga equivalente al sueldo de un Ministro, sucecivamente los sueldos van descendiendo según el grado del religioso. El derecho a tener un sueldo beneficia hasta el curita de la aldea más escondida, al monaguillo y al administrativo más humilde del colofón de trabajadores.

La transferencia que los gobiernos de turno hacen puntualmente a la Iglesia también esconde un interés no declarado, el cual es apuntalar a los gobiernos de turno y asegurar la dominación del pueblo.

El sometimiento del pueblo se debe, en gran medida, a los curas que no ganan el pan con el sudor de su frente y es por ello que el Primado Peruano hace constantemente declaraciones políticas en contra del pueblo.

El patriarca de la Iglesia Peruana usa los medios masivos y su programa radial para expresar sus exabruptos políticos y ofender a los más pobres.

Recientemente el Presidente Lula de Barsil rechazó de plano las pretensiones del Estado Vaticano de firmar un concordato entre el gobierno y lo representantes de la Iglesia Católica de ese país carioca.

MARDONIO SÁNCHEZ: El escudo del Huauco ha caído

Por Olindo Aliaga R.


A las nueve de la mañana de un luctuoso jueves 28 de noviembre del 2008, repentinamente dejó de existir Mardonio Sánchez. Días antes de su sentido deceso, sin presentir su partida o quizás sintiéndola, lamentaba con murria la muerte de su amiga María Rita y de su compadre Elvidio Horna.


Mardonio Sánchez


El Loco (así lo traté en vida y así quiero tratarlo después de muerto) era un hombre avispado, fenomenal, agudo, lengüisuelto, inquieto y trashumante, será recordado, además de artista, como luchador resuelto, decidido y tenaz, como un hombre que vivió con alegría, amó con ternura y odió con la fuerza de un martirio, pero sin llegar a la venganza, ni a la bajeza.


Su amor sincero por Sucre, su amistad inmarcesible, sus concejos, el reconocimiento de sus errores han hecho de él una vida imitable. Músico sinfónico, con estudios en el conservatorio nacional de música, fue maestro de clarinete con reconocimiento extranacional por esta razón, y no por otra, viajó constantemente al Ecuador. La orquesta sinfónica de aquel país lo tuvo entre la galería de sus músicos extranjeros y últimamente tocó para una orquesta privada de esa misma patria ecuatoriana.

Mardonio vivió en constante alegría, porque era artista amaba el arte y el sol del entusiasmo lo ilumino con todo su esplendor.


Sé que al escribir este articulo estoy rindiendo honor a la amistad sincera que cupo en este hombre y sé también que hago una limosna a los charlatanes, que doy alimento a los cazadores de mendrugos que no olvidan, por mezquindad, algún triste episodio del pasado que mi buen amigo lo ha pagado con creces .


"Soy artista por eso tengo el defecto de ser sensible", solía decir ufano, pues era fácil de emocionarse , tenÍa un amor ardiente y un deseo ferviente por el desarrollo de su pueblo; por este desbordante amor hacia su pueblo se inscribió como pre candidato a la alcaldía de Sucre el año 2006, por la ignominia de amar a su pueblo, algunos candidatos carentes de ideas filudas lo atacaron con palabras filosas.


Ya lo he dicho en otro escrito, con el Loco he tenido una enorme amistad y una afición común: la lectura y los libros.


Lo apasionaba la lectura de los clásicos, Crimen y Castigo de Dostoiyevski, Los Miserables de Víctor Hugo, La Guerra y La Paz de Tolstoi, El Quijote de Cervantes y por supuesto las novelas del divino Vargas Vila.


En su nueva morada a la que partió en silencio y con aquella prisa con que vivió, debido a su carisma, ya debe haber hecho amistad con las almas de Gorki, Hernán Hesse, Kafka, Zola, Borges y otros grandes de la literatura universal que le dieron, a través de sus libros, fuerza y humanidad; estará también al lado de Beethoven el músico de su predilección tocando sus divinas sonatas.


Desde su nueva morada esta velando por su amada Marina, por sus hijos y por su tierra que tanto quiso y por la que combatió sin descanso pero ésta no lo entendió así. Descansa en paz Mardonio lejos de tu pueblo y de esa estulticia gobernante que nos deshonra.

AMOR AL CHICHARRÓN Y PROMESAS INCUMPLIDAS

Por Joseph

Echando un vistazo a la ejecutoría municipal, la gestión del Alcalde Machuca, que concluye el próximo año pasará a la historia con un balance negativo y como otro ciclo perdido para nuestro pueblo.


Sucre, vista panorámica

Cuatro años tirados al traste en agravio y menoscabo del adelanto de Sucre y el retraso cultural de su gente.

La causa principal de este agobio es porque al municipio llega gente que no esta capacitada para cargos de envergadura como lo son los de Alcalde y Regidores.

No tienen la capacidad suficiente, ni la profundidad de conocimiento para hacer bien las cosas; son un conglomerado (léase camada) de individuos desocupados que ven en el concejo una olada de trabajo. Su pobreza intelectual, su falta de visión de de pueblo les hace vivir al galope de ideas mal sanas que perjudican a nuestra tierra; por esta razón el Alcalde de Sucre solo se ocupa del brillo de sus zapatos y esta preocupándose de la calidad y la cantidad de trigo que ha de llevar a su casa.

Rómulo Machuca, el peor alcalde de Sucre

recordamos con tisteza la bulliciosa inauguraión de su gestión, se guida por el sonado escándalo de sus más allegados que se regalaban y se banqueteaban en un restaurant de Celendín, éste alboroto fue tan grande que al Alcalde no le quedó otra que separarlos. Perlas como éstas suceden siempre en la actual gestión edil, enumerarlas sería muy largo y nos enfermaría el hígado.

La corrupción en la administración municipal, que se pasea como Pedro en su casa, desde hace tiempo ha ganado el sillón municipal y ha hecho que el pueblo exhiba los acres más sucios de su diario vivir.

En Sucre la autoridad es producto de la más osada mentira por eso es que el Alcalde Machuca no puede cumplir sus promesas de campaña, siendo ejemplo de mentacatez, su obligación o promesa de remozar la plaza de armas convertida en plaza de gramas.

El señor Alcalde a concentrado su atención en una sola e improvisada obra denominada "Parque zoológico", en donde se dedica a la exhibición de animales silvestres.

Curiosamente este proyecto cuenta con la aprobación de todos los concejales y por increíble que parezca, Sucre es considerado "Distrito Ecológico"; sin embargo esos "ecologistas" no se dan cuenta que en el distrito mas verde de la provincia las autoridades están permitiendo que se acabe con un importante humedal de totoras que es hábitat de aves raras como la pauculla y la gallareta, nada están haciendo a favor de la biodiversidad de la región.

Las obras son realizadas sin criterio técnico y no guardan relación entre el costo- beneficio como es el caso del parque "zoológico" que sólo ocasiona gastos improductivos e inoficiosos; dinero que bien pudiera servir para implementar una biblioteca y/o afines.

En el aspecto de seguridad ciudadana, la ciudad esta desguarnecida, no se nota vigilancia policial, ha aumentado el vandalismo juvenil y la delincuencia esta alcanzando límites insospechados.

En lo patrimonial, la intangibilidad de nuestros bienes inmuebles, constantemente, están siendo acosados por los vecinos. Los fundos El Sauco, Wira Wira y Conococha sufren parecidas o peores dentelladas que los sufre también el municipio. humillante es la penetración de la vecina Encañada hacia nuestro territorio sin que el alcalde diga nada.

En el aspecto laboral trabajo no hay para quienes no tengan el patrocinio del mandón o para aquellos que no tengan buenos padrinos.

En lo económico, las arcas municipales, que reciben la suma de 2 millones anuales, permanecen vacías. Las arcas públicas están vacías pero las arcas privadas están llenas. En Sucre no son mentira estos versos que dicen:

"La troncha es el pecado de todo pecho desleal,
el tronchero actual es Rómulo Machucado"

La sátira de estos versos salpica a los alcaldes advenedizos y neófitos que gobernaron con saña que nuestro pueblo lo viene sufriendo desde décadas atrás, habiéndose acentuado en las gestiones de los cuatro últimos gobernantes nefastos que como hijos no fueron blasones sino baldones de Sucre, hombres sin dignidad ni sensibilidad.

Para el siguiente cambio de autoridades se necesitan hombres con capacidad intelectual que rediman al pueblo. Desde estamos atentos y con la adarga en la mano; en esta columna, que con valentía nos proporciona esta revista, no podemos callar las inequidades contra el pueblo, porque el silencio es cómplice de la impunidad, no callamos porque amamos la insignia de este suelo materno, porque salimos de sus entrañas profundas y porque nuestra alma se siente influenciada por su alma invisible.

Pluma de la altura


LA QUINUILLA Y OTROS ANEXOS DEL DISTRITO SUCRE EN LAS ETAPAS DE LA HISTORIA.

(SEGUNDA PARTE)

Escribe: Secundino Silva Urquía.

Email: ssilvaurquia@gmail.com

------------------------------------------------------


-Etapa del Incanato.

Es sabido que la conquista de la zona por los Incas, luego de cruentas luchas con los “caxamalcas”o “caxamarcas”, continuó con la conquista de los “chachapuyas”, hasta aproximadamente el año 1470 de la era cristiana, en el que fueron sometidos por las tropas del Inca Túpac Yupanqui. Estas guerras deben haber causado grandes conmociones, muertes, apresamientos, éxodos y huídas en las colectividades que habitaban la zona del ámbito rural de lo que hoy es el distrito de Sucre; así como en otras de los alrededores. Sin embargo, los pocos que deben haber quedado paulatinamente se tuvieron que adaptar a los designios y leyes de sus nuevos soberanos y gobernantes. Este razonamiento y afirmación, tiene sustento para los pueblos que habitaban el ámbito rural del distrito de Sucre, ya que existen notorias huellas de un camino Inca, parte del Capaq ñan del Chinchaysuyo, que va desde La Lechuga, por Sumbat, Muñuño, La Artesa, Cantange hasta que por algún lugar debe haber cruzado el río Marañón en dirección al oriente. La serpenteante huella de este camino va por la margen izquierda del río Cajapotrero y es vista en su mayor dimensión desde el camino que va hacia el caserío de Cajén, a la altura del fundo de propiedad del Prof. Octavio Reyna R. Algunos estudiosos han seguido las huellas de la red de caminos inca en otras provincias y distritos de Cajamarca, detectando a otro en Cauday (Cajabamba); el mismo que cruza al río Crisnejas, remontando hacia Chancay; pasa por el distrito de Ichocán, luego por San Marcos y Namora. Es probable que en San Marcos se haya empalmado con el camino que desde La Lechuga, avanza por Güanico y La Pauca. Este gran camino que atraviesa Cajamarca de sur a norte, sale por la zona de Bellavista y bordea la laguna estacional de Sulloscocha, donde entre los sembríos aún son visibles las bases de piedra de lo que fueran los muros laterales del tramo que se dirige hacia Los Baños del Inca y Cajamarca, cruzando el valle del río Mashcón en dirección al puente de piedra natural Rumichaca, cercano a la actual Granja Porcón. Por el medio de más de diez mil hectáreas de pinos y pajonales, el Capaq Ñan continua hacia Ingatambo, en la provincia de San Pablo, donde se pueden apreciar las ruinas de un tambo inca. De aquí se remonta hacia el noreste en dirección a las termales de Chancay, pasando por la quebrada “Hueco del Inca” y la antigua hacienda de Quilcate (1); pasa por Chota y Jaén, cruzando varias veces al río Huancabamba llega a Ayabaca y desde aquí avanza en dirección al Ecuador.

Algunos restos del Cápacñan del Chinchaysuyo a su paso por Cajamarca.

Menos de setenta años después de la conquista de “los chachapuyas” por los Incas, los españoles llegaron a la actualmente denominada Cajamarca, capturando al Inca Atahualpa el 16 de noviembre de 1532. La consecuente caída del Imperio Incaico, debe haber significado otra catástrofe para las diezmadas colectividades asentadas en las zonas rurales. La relativa cercanía al lugar de los sangrientos e históricos sucesos de Cajamarca, seguramente les permitió enterarse de los mismos a pocos días, tal vez al día siguiente o al tercer día como máximo. Es de seguro que estos hechos y las consecuentes noticias sobre el armamento y la fiereza de los barbudos españoles causaron tal susto y aterradora confusión, que muchos indígenas habrían optado por el suicidio o la huida ante la captura y muerte del Inca, como lo relatarían los propios conquistadores y cronistas españoles. Finalmente el camuflaje o la destrucción de sus viviendas y fortificaciones, fueron seguramente algunas de las últimas actividades que llevaron a cabo los pocos indígenas de la zona; para luego abandonarlas definitivamente y emprender la migración o fuga hacia lugares más seguros como los que hay en la selva, en los que es muy probable que sobrevivieron.

Recuerdo de niño haber escuchado a algunas personas mayores, entre ellas a mi abuela materna Sofía Sánchez Díaz, comentar al referirse a estos restos, más o menos en los siguientes términos: “Dicen que los gentiles, cuando supieron de la llegada de los españoles y vieron que la vida ya les era insostenible, entonces enterraron sus cosas y sus casas. Lo que ya no pudieron enterrarlo lo rompieron para no dejar nada que sirviera; luego se mataron y algunos se mandaron a otros lugares muy lejanos”. Como para creer en esto en 1968 vi como Don Julio Alvarado Urquía, desenterraba de aproximadamente 1.80 metros de profundidad, en la planicie de “El Velo”, una hermosa roca arenisca de aproximadamente 1.50 metros de diámetro, perfectamente plana por una de sus caras y con un pequeño hoyo en la misma, labrada y perforada a todas luces por manos humanas. Don Julio Alvarado U, valiéndose de una rastra de madera rolliza jalada por una junta de robustos bueyes, trasladó la roca hasta La Quinuilla. Allí por su forma, peso y tamaño, permanece de batán en la casa del Sr. Leonidas Chávez Carranza.

- Etapa del Virreinato.-


No se descarta que parte de la población de finales de la etapa incaica, sobre todo la más joven haya sido obligada por los españoles a ir como esclavos a trabajar en los llamados obrajes y centros de explotación minera. Se sabe que esta sobreexplotación fue la causa principal de la drástica disminución de la población indígena en las primeras décadas del virreinato.

Pero también es muy probable que durante la época del Virreinato, los terrenos de lo que hoy es el caserío La Quinuilla, hayan sido parte de las Reparticiones y Encomiendas, que la corona española dio a los conquistadores como premio. De la siniestra vigencia de esta modalidad española de usurpación y explotación no escaparon ni tierras ni aborígenes porque Cajamarca y sus alrededores fueron los primeros lugares dónde muchos de los primeros españoles se asentaron.

Al revisar la Historia de Celendín, en el período de la colonia, encontramos que los textos son un tanto centralistas o localistas; es decir que refieren en gran parte solo la historia de la ciudad capital, menciona que ya en esta etapa se habían establecido haciendas españolas en la que hoy es la provincia de Celendín, una de ellas era la Hacienda de San Hernando de Llamadín. Textualmente refiere que la campiña donde hoy se asienta la ciudad capital de la provincia de Celendín, era un lugar: “a modo de puerto, donde pernoctaban los viajeros que venían de Cajamarca de paso hacia Chachapoyas”.

Refiere también que “el día 12 de julio de 1782, de paso al oriente, el Obispo de Trujillo, Monseñor Jaime Baltasar Martínez de Compañón, visitó Zelendín; y allí se dio cuenta que los españoles, portugueses y oriundos, vivían esparcidos en todo el ámbito de las tierras Zelendinas, hecho que causó mucha preocupación a su ilustrísima y aprovechando que la gente se había reunido para saludarlo y participar en la Santa Misa, les sugirió que deberían construir una población en la pampa de Zelendín, que deberían comprarla formando una bolsa común entre todos los vecinos”.

Más adelante el relato menciona:Posteriormente se hace la tasación de la hacienda de Zelendín realizándose la Linderación y Tasación y Remate:

En 1802, antes que se entregue oficialmente las tierras, se hizo el reparto de todas las tierras compradas en proporción al aporte monetario de cada vecino:

a) Reparto de solares, dentro de cada manzana, de la urbanización; cada una de 50 varas de fondo por 25 de frente…

d) Reparto de tierras de pan llevar, en Llanguate, en solares de 100 por 50 varas y.
e) Reparto de potreros, jalcas, montes, pastos, abrevaderos.”

Los dos últimos párrafos nos sugieren que la hacienda de Zelendín tenía gran extensión, pero no podemos afirmar que abarcaba hasta las mal denominadas “jalcas” que hoy ocupan los anexos de Sucre, sino tal vez se refería a las de otras zonas como Pallán, Chalán, Molinopampa, Jelic, etc.

El escritor sucrense Nazario Chávez Aliaga, las primeras páginas de su libro ya antes mencionado hace referencia a que fueron los sacerdotes jesuitas de “La Compañía de Jesús”, liderados por Fray Francisco de Huerta Gutiérrez los que deben haber ostentado la propiedad de los terrenos de la campiña que hoy ocupan los distritos de Sucre y José Gálvez, hasta las últimas décadas del siglo XVIII, ya que en el 27 de febrero de 1767, el Rey Carlos III, expidió la Real Pragmática Sanción con la que se ordenaba perseguir a los Jesuitas , confiscar sus bienes y expulsarlos de América.

De igual manera no podemos afirmar que los terrenos actualmente ocupados por los anexos de Sucre, hayan sido controlados por los Jesuitas, en tiempos de La colonia; pero por lo menos sabemos que los primeros españoles, portugueses y oriundos, que llegaron y se establecieron en lo que hoy es la provincia de Celendín, José Gálvez y Sucre, han estado cerca de estos y tal vez los hayan pisado o visitado esporádicamente. Lo cierto y seguro es que varias décadas más tarde esas tierras fueron ocupadas por sus descendientes los de apellidos: Aliaga, Collantes, Chávez, Díaz, Sánchez, Silva, Torres, Collantes, Machuca, Malaver, Mendo, Yupanqui, Urquía, Zegarra, etc; de quienes van pasando su vida en estos pueblos por lo menos cinco generaciones descendientes.

- Etapa de la República.


Desde la segunda mitad del siglo XIX (Años de 1800 al 1900), los terrenos de la zona eran mayormente bosques con algunas áreas descubiertas en las que crecían pastos naturales, por esto eran eventuales potreros del ganado de los nacientes terratenientes de la época; pues debemos tener en cuenta que luego de 1824 año en el que se selló la independencia del Perú, el concepto de posesión y propiedad de las tierras de poca fertilidad y acceso al agua, tuvo que variar. Esta es la razón por la que los entonces poderosos hacendados empezaron a considerarlas como potenciales áreas de expansión para sus haciendas, no era fácil que las personas reclamaran individualmente posesión ni menos propiedad porque los hacendados tenían mucho poder. Pero de modo paralelo el crecimiento poblacional de la villa El Huauco y el cada vez más difícil acceso a la propiedad de las tierras de su campiña, inquietaba a los jóvenes o ciudadanos con vocación de agricultores y muchos de ellos empezaron a ver en las tierras comunales de lo equivocadamente empezaron a llamar “La jalca”, un factor de oportunidad para trabajar y buscar su crecimiento familiar. Así fue como a partir de las últimas décadas del siglo XIX, algunos “huauqueños” empiezan a emigrar de la ciudad hacia el ámbito rural.

Los Testimonios de Marciano Marín Mendo (84) y de Silvestre Mendo Carranza dan fe de hechos contados por sus abuelos y padres, acerca de las disputa de los terrenos que actualmente conforman varios anexos del distrito de Sucre, entre Manuel Cacho Gálvez entonces dueño de la hacienda Polloc y los García Zelada de la hacienda Cantange: El primero reclamaba jurisdicción hasta lo que actualmente es el caserío de Santa Rosa y los segundos hasta lo que hasta hoy es Vigaspampa. Esta disputa se inició en los últimos años del siglo XIX y se prolongó hasta la primero década del siglo XX.

Una tercera parte se sumó entonces a la disputa, reclamando los terrenos como suyos e intangibles: “Las Comunidades del Huauco”. Con esta conveniente personería y la ventaja de que como comuneros ya venían usufructuando de dichas áreas, con el pastoreo de su ganado, la extracción de madera para construir sus casas y la siembra de algunas chacras aisladas; se enfrentaron con coraje a las pretensiones de los hacendados. Entre estos comuneros, resaltó la figura del Mercedes Mendo Cabanillas y su cónyuge Dorotea Urquía Zelada, quienes participaron activamente en choques decisivos con el hacendado Manuel Cacho Gálvez, uno en la “Loma del Indio” y el último en lo que hoy es “La conga del sumidero”, en la entrada oeste del pueblo La Quinuilla; cuentan que allí Doña Dorotea Urquía Z., haciendo caso omiso a las amenazas del acaballado y bien armado terrateniente, se abrió paso desafiante entre los pocos comuneros, se colocó frente a el y le espetó la firme decisión de que “ella y su gente no le temían y que solo muertos serían sacados de esas tierras”. El hacendado enfurecido se retiró con sus lugartenientes, al ver la suicida determinación de los comuneros. Posteriormente emprendió la lucha judicial con las “comunidades del Huauco”, valiéndose de sus influencias económicas y políticas. La actitud tesonera de los comuneros, que no le dieron tregua ni siquiera en ese campo más los propios cálculos políticos del hacendado, hicieron que el litigio se resolviera a favor de los primeros. Pues, efectivamente años más tarde su hijo Manuel Cacho Souza estableció buenas relaciones con algunos sucrenses, se hizo devoto de San Isidro Labrador y como tal llegó a obsequiar a la comuna sucrense, el Fundo “El Sauco”. Fue así el devenir de los hechos, al punto que Manuel Cacho Souza resultó elegido dos veces parlamentario por Cajamarca con la suma de los votos de los sucrenses de entonces, llegando a ocupar incluso el cargo de Vicepresidente del Congreso de la República. Se sabe que como tal visitó la ciudad de Sucre en 1951.

_Nazario Chávez Aliaga, en el acápite: “DESLINDE DE SUCRE CON LA HACIENDA POLLOC de su ya mencionado libro, se refiere a los hechos antes comentados, sin precisar lugares ni personas, aunque si resalta de muy buena manera la figura del extinto hacendado Manuel Cacho Gálvez y la de su hijo Manuel Cacho Souza. Señala el año de 1899 como el que marca el inicio de aproximadamente diez años de disputa judicial por las tierras que se encontraban en la divisoria de hacienda Polloc, Hacienda Cantange y El Huauco-.

Los quinuillanos y nietos de Dorotea Urquía Z. Marciano Marín Mendo y Silvestre Mendo Carranza, refieren con precisión que entre 1971y 1972 se parcelaron los últimos terrenos de la comunidad de Quinuilla. La decisión colectiva para este hecho fue justamente la construcción en ese año de la carretera Cruzconga – La Quinuilla, por la que los terrenos comunales adquirieron mayor valor y la mejor medida para evitar la concentración de mayores áreas en pocas familias, fue sin duda la repartición equitativa entre los ciudadanos de entonces.

Existen muchos testimonios que confirman el gran potencial humano que ha tenido Sucre (Antes El Huauco) desde siempre en su ámbito rural. Nuestro homenaje imperecedero a Hipólito Malaver Calla y otros que en Guangazanga (hoy El Porvenir) se jugaron el pellejo para proteger a Ciro Alegría Bazán, uno de nuestros más célebres escritores, es obvio que sin su heroísmo los peruanos no hubiéramos tenido la satisfacción de leer “La serpiente de oro”, “el mundo es ancho y ajeno” y otras hermosas obras del laureado escritor. Asimismo, a ese puñado de hombres y mujeres defendieron valientemente en “La conga del sumidero”, ingreso al caserío La Quinuilla, los linderos de lo que posteriormente fue y es nuestro distrito. Por eso, con una visión diferente del mismo, creo necesarios al homenaje y a la reflexión. Visión con sentido de integración de su medio urbano y rural; de reivindicación del hombre del campo, que no por usar poncho, sombrero y llanques es menos sucrense que el que nació y/o vive en la ciudad. Hoy podemos entender mejor como fue que diecinueve de los veintidós anexos del distrito de Sucre, han encontrado el espacio para nacer y crecer a tal punto que actualmente albergan más del 75 por ciento de su población. Hay poca distancia geográfica a la capital distrital; pero desgraciadamente una considerable distancia empática entre individuos.

- A SUCRE, CON VISIÓN DE FUTURO:

Pero como también creo que tengo derecho a soñar y se que muchas de las grandes obras de la humanidad se han originado porque alguien tuvo un sueño, anhelo y avizoro que estas líneas han de contribuir en algo para que las presentes y futuras generaciones de sucrenses, corrijan los errores de sus antepasados y miren a su distrito desde la óptica integracionista, imbuidos de esas ansias de superación que solo suelen surgir frente a las dificultades y a los grandes retos.

En forma especial insto a los pueblos de Calconga, La Quinuilla, San Juan de Tincat, Cruzconga, Vigaspampa, El Milagro, La Lechuga, San Francisco, La Florida, La Fortaleza, Muñuño, San Martín, El Porvenir, Cajén, Bellavista de Cajén, Santa Rosa, San Pedro, Uñigán, La Laguna, a adoptar una actitud colectiva de unidad, de identidad e integración con su distrito, ni el medio geográfico ni su altitud son obstáculos parta lograr esto. A las autoridades y Gobiernos Municipales debo recordarles que el distrito es uno solo, que no hay ciudadanos, pueblos o anexos de segunda o tercera categoría; y por lo tanto deben mirar siempre a las necesidades de los anexos del ámbito rural e invertir en su desarrollo. Hay que dar primero si se quiere recibir después, en la misma lógica de sembrar para esperanzarse en la cosecha.

Los negativos efectos de la globalización exigen que los pueblos se unan para sortearlos, un distrito grande sufrirá menos esos efectos que otro más pequeño. Hagamos todo lo necesario para que nuestros pueblos descarten de plano a las intenciones y posturas escicionistas o separatistas. La integración es una tarea que tiene que ver con el cambio de mentalidad y actitud de los individuos; con su rompimiento con paradigmas obsoletos y lastres del pasado, para dar paso a la adopción de una cultura de calidad que produzca familias más unidas y solidarias. Con las células de la sociedad descontaminadas y revitalizadas, los pueblos encontrarán el transitable camino hacia su desarrollo sostenido.

Autoridades, profesionales de las diversas especialidades, organizaciones socio culturales y comunales tienen la gran responsabilidad de orientarse en pos de estos objetivos.

Puede ser que subsistan y surjan algunas posiciones conservadoras o discrepantes, ese es su derecho perfectamente entendible; pues luego de varias décadas en las que se practicó y trasmitió una equivocada cultura que defino como de la soberbia urbana”, son comprensibles, pero a la vez nos permiten darnos cuenta de cuánto daño se ha hecho a muchísimos pueblos andinos. Esta realidad no se cambiará con una reflexión, hacen falta miles de reflexiones y decisiones para desarrollarnos humanamente y ser mejores. El centralismo provinciano, el racismo, la discriminación y la exclusión, desgraciadamente aún constituyen rémoras para la integración y progreso de los pueblos y el distrito de Sucre lamentablemente no ha quedado ni está exento de sus negativos alcances. Pero finalmente creo que hay oportunidad para las rectificaciones: Es tiempo de que los sucrenses templemos nuestro espíritu en la unión, sembremos ambiciones colectivas con ideas nuevas, para en adelante hacer las viejas y pendientes tareas.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Notas:

(1). Esto explicaría el porqué existen Pueblos con nombres de terminaciones verbales similares a lo largo de esta antigua red de caminos incas: Cajén (Sucre), Tumbadén, Lladèn (San Miguel) y hasta Jaén. En Sucre: Sumbat (e), Tincat (e); en San Miguel: Quilcat (e); en Huasmìn: Salacat (e). Sin duda hubo interacción sociocultural entre sus antepasados

ECOS INFORMATIVOS: Gutenberg Aliaga Zegarra

Publicar una revista, hoy en día, se convierte en un reto a la indiferencia y al hábito de no leer; especialmente cuando una sociedad es gobernada por personajes ajenos al quehacer cultural: alcaldes distritales o provinciales, inmersos también en todo ello autoridades regionales; salvo honrosas excepciones.


Con todos estos antecedentes, en lo que a nuestro pueblo se refiere, merecen MENSIÓN HONROSA los ex alumnos del Colegio San José de Sucre, hoy destacados profesionales que no se cansan de hacer malabares para que anualmente se editen revistas; cada cual con su merecido prestigio; respetando, desde luego, su original línea editorial.

La revista El Labrador, editada en Cajamarca por un reducido número de profesionales sucrenses; que ya van aproximándose a la edición número veinte, es la única a nivel provincial que aún mantiene su fulgor y vida.


Revista El Labrador

En Lima la Revista Ecosucrense, dirigida también por profesionales, ex alumnos sanjosefinos e integrantes de la Promoción Clorinda Matto de Turner, quienes sacrificando sus horas libres, anualmente nos vienen presentando una nueva edición, como aporte a la cultura del pueblo.

Las dos revistas mencionadas merecen el respeto y aprecio de la colectividad en general, por brindarnos la satisfacción de seguir apostando por aquellos sanjosefinos, que exponen democráticamente sus ideas en bien del pueblo que los vio nacer, colaborando con la cultura local, regional y porque no nacional.


Tampoco debemos olvidar este afán de los sucrenses en estas lides, viene de antaño, siempre el sucrense vio la manera de organizarse y editar un medio informativo para dar a conocer los múltiples problemas que aquejan a nuestro lar natal.


Recordemos con satisfacción, allá por el año 1937, el pionero de la cultura sucrense, don Alcibíades Horna Marín, dirigía el periódico El Sol, editado en la imprenta de su propiedad, en la ciudad de Cajamarca.

Años más tarde, en 1945, aparece el periódico La Voz de Sucre, dirigido por la señora Simodosea Chávez de Horna, hermana de nuestro recordado escritor, periodista, político y poeta sucrense Nazario Chávez Aliaga, editado en la ciudad de Lima gracias al esfuerzo económico e intelectual de los paisanos de aquella época.

En la ciudad de Celendín el intelectual sucrense Don Felipe Neri Zegarra edita a mimeógrafo la Revista El Lucero de la Quintilla, de corta duración, allá por la década de los sesenta.


Años después, aparece en la ciudad de Lima la Revista en formato A1, Alma de Sucre, dirigida por el señor Olindo Aliaga Rojas, hombre inquieto, dedicado a las letras y a la historia de nuestro pueblo, para luego dirigir el informativo escrito Karuacushma, que por algún tiempo hizo uso de un periodismo de crítica y reflexión, secundado acertadamente por el escritor José Luis Aliaga Pereyra, quien hoy en día junto con intelectuales celendinos dirigen la Revista Fuscán.

Revista Alma de Sucre


Merec
en tenerlo en el recuerdo los escritos a mimeógrafo de nuestro recordado paisano amante de su terruño, don Teodoro Rojas Silva.


Los paisanos residentes en Trujillo, también el año 2006, editaron la Revista La Voz de la Quintilla, dirigida por el profesor Leandro Mariñas Casahuamán, informativo que tuvo una sola edición, gracias al aporte económico e intelectual de los sucrenses residentes en la bella Capital de la Primavera.


Revista La Voz de la Quintilla


Actualmente, dentro del mundo de la globalización y del adelanto tecnológico, existen las llamadas páginas Web. Algunos intelectuales aprovechando toda esta gama de tecnología avanzada, escriben interesantes comentarios; verbigracia, el escritor Elmer Castillo Díaz, mensualmente publica sus Witotadas, sobre el acontecer de nuestro pueblo, quien con su estilo crítico que lo caracteriza, enfoca la problemática local, regional y nacional.

Cuento: José Aliaga Pereyra

El recreo

Su cuerpo yacía sensualmente sobre la mesa. Era una niña aún; su esbelta figura arrebujada contra la madera, parecía el de una señorita.


— ¿Qué hace, profesor? —dijo, y trató de repetir—: ¿Qué ha…?


Orlando, el profesor, la sostenía por la cintura. Ella alzó una pierna justo en ese momento. No era la primera vez que sucedía. El profesor la encandiló llenándola de frases y caricias que la hacían enloquecer. Él, encima de ella, semidesnudo, semejaba un fauno lascivo. Marcia, con la falda levantada y la blusa abierta hasta la altura del ombligo, parecía gozar del momento. Orlando la besaba por los hombros y el cuello, mientras sus delicadas manos se deslizaban de arriba abajo y se mecían despacio, acompasadas. No les importaba si caían lápices y demás piezas que el profesor usaba en sus clases de historia.


La niña no se movió. Orlando se fue apartando poco a poco y su mirada tropezó con la de ella.


Lo siento —susurró—; tenía ganas y... bueno, no lo pude evitar.

Estás loco —le dijo ella con suma confianza y en tono divertido—. Imagínate que ingresaran los alumnos y nos vieran así. ¿Qué les dirías?



Orlando no contestó. Miró las vigas de eucalipto del cielo raso del aula, las sillas, los lápices y hojas sueltas tiradas por los suelos, y suspiró. ¡Claro que le importaban los alumnos! Aunque su preocupación no era precisamente ellos. Lo que cuidaba era su prestigio ganado como el mejor profesor, el más respetado y digno; el hombre que convenció al pueblo de su honorabilidad impoluta con poses de divo, palabras de erudito, escrupulosa limpieza y puntualidad de funcionario británico.


Ella lo miró detenidamente. Lo estudió durante breves segundos. No era joven ni simpático, pero sí aseado y zalamero. Tenía una voz encantadora, tocaba la guitarra, y no lucía la clásica barriga de cincuentón.


— Dime, ¿te gustó, palomita mía? –preguntó él sin mirarla.

¿Ah? —contestó ella, fingiendo no haber escuchado la pregunta.


Orlando sabía que no había hecho un buen papel. La incomodidad de la mesa y su desesperación por terminar, lo obligaron a actuar apurado, con violencia, y se dijo que hubiese sido bueno hacerlo mejor, con mucho amor, de tal manera que no pareciera una permanente violación.


Todo empezó una mañana durante el recreo, en un partido de vóley que el profesor, entusiasta, dirigía. Primero fueron palmaditas, halagos, luego las miradas matadoras, y por último aquel beso a escondidas, detrás de los manzanos, que hizo palpitar el corazón de la niña como el de un pajarillo prisionero en la palma de una mano. Luego vino lo demás.


Marcia se alisó el pelo. Sus compañeras eran muy "fijonas", sospechaban algo, y sus cabellos revueltos la podían delatar; después se detuvo y lo miró. Comprendió que estaba jugando con fuego.


— ¿Y si se entera tu esposa? —le preguntó.


— Aunque su genio es el de una bruja; no creo que tenga dotes de adivina —contestó él, muy fresco.

Eres un bandido —le dijo ella, con su carita de ángel pero con palabras de mujer madura.


Orlando terminó de vestirse en silencio. Se miró al espejo y, muy a su estilo, se arregló el cabello ondulado. Vuelta a su condición de escolar, la niña salió corriendo, dando brincos, dejando atrás los momentos en que había actuado como una mujer. El profesor quedó arreglando lapiceros, libros y demás cosas para que todo estuviera en orden. Era la tarde de un jueves en que, como todas las semanas, suspendían clases y las convertían en recreos largos en los que pasaban momentos de relax y de alegría.


Ese día, el profesor, una vez más, llegó tarde a casa, y encontró a su esposa sentada en el quicio de la puerta. Se acercó, le dio un beso, y pensó que era hermosa a pesar del tiempo.


Hola, ¿qué tal, amor?


Ella no dijo nada, pero dibujó en su cara una sonrisa. Parecía haber llorado.


— ¿Me estabas esperando?


— Si, como siempre —contestó ella sin mirarlo.


— ¿Y las niñas? —preguntó él.


— Se acostaron temprano. A propósito —agregó—, te esperé despierta para decirte que mañana tienes que ir al colegio secundario a conversar con el Director.


— ¿Qué ha pasado?


— Unos muchachos malcriados estuvieron jugando con unos "pajuros" (*) pelados, mostrándolos en el aula a las chicas como si fueran sus penes y, nuestra hija, como debe ser, se ha quejado al Director.


— ¡Qué barbaridad! —dijo Orlando, alarmado—. ¡Esto no puede quedar así!


Orlando se dirigió al segundo piso para contemplar desde allí la plaza de armas, como siempre hacía, y filosofar acerca de que el mundo estaba perdido. Se hizo la señal de la cruz, contemplando la luz encendida del convento, e imaginó al párroco solitario, rezando por la salvación del mundo ¡el muy hipócrita!


Al día siguiente, estirando el cuello como un cisne, el profesor Orlando se encaminó al colegio secundario. La noticia de que asistiría se propaló rápidamente, alborotando a profesores y alumnos. Los primeros, preocupados porque no sabían cómo iría a reaccionar, y los segundos teniendo por segura la expulsión de sus compañeros bromistas.


Los padres de familia y sus hijos se encontraban en la Dirección. Todos llegaron temprano y ensayaron una que otra explicación sin llegar conclusión alguna. Conociendo el temperamento del distinguido maestro, era natural su miedo.


Cuando el profesor Orlando ingresó por la puerta principal, el Auxiliar de Educación lo saludó como si fuera un militar. Al entrar en la sala de profesores, todos se pusieron de pie:


— Lamento haberlo molestado, profesor —habló el Director, nervioso y confundido.

Ya me enteré del suceso —dijo el profesor Orlando—; estos bellacos —y paseó su mirada por los alumnos—, no comprendo que hacen aquí; deberían estar en la cárcel, son unos delincuentes.

Profesor —repuso el director tartamudeando— a… a… lo… los alumnos ya se les ha llamado la atención.

No me importa —contestó el profesor, categórico—. Es increíble lo que sucede aquí, usted también es culpable, como sus padres y sus madres. ¿Cómo es posible que eduquen y críen de esta manera a sus hijos? ¿Qué se han creído? ¿Qué esto es un corral y todos somos uno?


El profesor estaba fuera de sí y gesticulaba como un energúmeno. Ante esto, una madre de familia se levantó y lo increpó indignada:


Oye, Orlando —le dijo—. Lo que han hecho estos niños ha sido una broma; no me vengas a hablar de moralidad, porque tú, un poco más y empreñas a medio pueblo. ¿Crees que no lo saben todos? ¿Quieres que diga nombres? ¡El delincuente eres tú! ¿No te da vergüenza? ¡Las niñas lo cuentan todo y el pueblo nunca se tragó el sapo, encorbatado de dignidad, que representas!


El profesor miró sorprendido a los de la sala y, antes de que la señora pronunciara otra palabra, salió despavorido como perro que escucha la explosión de un cohete. Más allá, camino a la escuelita donde trabajaba, al pasar junto al puesto policial, se puso a temblar como una marioneta.


(*) Embarazas