viernes, 4 de diciembre de 2009

La laguna que se tragó el túnel: Olindo Aliaga

Por Olindo Aliaga Rojas

Con evidente voz nostálgica refieren los viejos huauqueños (1) la existencia, en otro tiempo, de la laguna conocida con el nombre "HUAUCOCOCHA" distante a un kilómetro y medio del distrito de Sucre, antes Huasuco, que estuvo ubicada al pie del cerro Las Lajas y de los Poyos Morados, en la Conga de Urquía, y que fue formada por la desembocadura de los ríos José Gálvez, Chaquil y La Quintilla.

Laguna Huaucococha

Nazario Chávez Aliaga refiriéndose a la laguna dice que ésta alcanzó una profundidad de hasta 10 metros.

La extención de esta paradisíaca laguna, cuyas aguas tomaron tonalidades del arco iris y donde orondos se reflejaron el sol y la luna, fue de 486 m2 según lo anota Carlos Burga en su Diccionario Geográfico e Histórico de Cajamarca; por cierto, en épocas de lluvias excedía largamente sus límites naturales inundando los sembríos y pastizales de toda la campiña.

Sus aguas durante el período lluvioso llegaron hasta el sitio conocido como "La Misionera", límite entre Suce y el distrito de José Gálvez.

Su formación no escapó a la leyenda y a la atribución de fuerzas mágicas y acciones de encantamiento del poblador de aquellas tierras. Harto conocida es la tradición relacionada con la ira y maldición del cura "Boliche" (2), conócese que ese cura fue obligado a abandonar el pueblo por desavenencias con autoridades y conducir a la iglesia de modo libresco. Cuenta la historia que camino a su exilio hacia la provincia de Celendín, a la altura del "Isco" el párroco pidió a sus acompañantes hacer un alto en su viaje afrentoso y mirando al pueblo del cual se alejaba en contra de su voluntad, señalando con el dedo índice lanzó una maldición y otras imprecaciones y que despues de los anatemas del cura impío, se formó la laguna.

El nivel del agua lo controlaron varios tragaderos que funcionaron como desaguaderos, evitando que la laguna se explayra por los ya amenazados pueblos vecinos. No obstante ser varios estos sumideros naturales, solamente dos fueron los tragaderos más importantes: El Millpo, nombre con el que también se le conoció y otro ubicado en el cerro de Las Lajas, rescatado últimamente por una institución pública de Cajamarca.

En la laguna formaron su hábitat muchas aves de variado color y plumaje, dándole un atractivo excepcional al lugar, siendo las especies más abundantes los patos silvestres, las garzas y las "paucullas".

Laguna Huaucococha

Sus aguas cristalinas que pasaban del azul al plateado y de este color al rojo púrpura y grana, dependiendo del sol poniente, también sirvieron de piscina natural donde los jóvenes, sin saberlo practicaron el canotaje y la natación. Fueron muchos los muchachos que acudieron para desperezarse y darse un chapuuzón; sin embargo uno solo logró cruzarlo; es el señor Humberto Aliaga Araujo, a ese intrépido nadador se le conoce con el apodo de "Tindirico", es de anotar que la animadora de los eventos de natación fue la señora que respondió al nombre de Bartola.

Conviene incidir que es en la extención de la laguna Huaucococha donde los testimonios de las personas que la conocieron y los datos consignados por escritores e investigadores son los más disímiles pues, el autor de la monumental monografía Cajamarca manifiesta en su libro "Sucre" que la presa tenía una extensión de 6 leguas (3) lo cual parece una exageración frente a testimonios de varios lugareños y viandantes que aseguran que la presa no se extendió más allá de tres cuadras a la redonda.

ESFUERZOS PARA SU DESECACIÓN

A pesar de la bonanza que esa laguna trajo consigo, abonando a los terrenos; mayores fueron los daños en las cementeras y las pérdidas que a los agricultores les ocasionaba, básicamente en épocas de lluvia, razón por la cual autoridades y pueblo, desde tiempo de los godos, se preocuparon en buscar solución para este aguado problema, no sólo porque perjudicó a los sembríos, sino porque tenían la imperiosa necesidad de ganar tierras de cultivo en el área inundada como en otros pantanosos lugares de la vasta campiña del pueblo.

Desmesurados fueron los esfuerzos realizados por las autoridades y los antiguos "huauqueños" empeño que involucró, inclusive al vecino pueblo de Huacapampa, hoy José Gálvez. El tema de desecación de la laguna Huacococha, fue utilizado también como bandera política por los inescrupulosos políticos de la provincia, entonces ejercida por curas.

El dato más remoto sobre intentos de secar la laguna es el que menciona el escritor Carlos Burga en su Diccionario Geográfico y corresponde a la ley incumplida número 971 del 28 de noviembre de 1908 (4).

La ley 971 que autoriza la desecación de esta laguna fue letra muerta y nos antoja decir que la mencionada ley murió, estando en estado fetal, situación que demuestra que el desinterés por los pueblos viene desde atrás.

Mientras el desprecio por los pueblos en las autoridades gubernamentales era común y patético, nada los diferencia de los actuales, en Sucre, cuyo antiguo nombre es Huauco, la inundación de la laguna crecía de manera alarmante. frente a los peligros que la crecida representaba para el pueblo amenazado, el Alcalde don Agapito Mariñas, con fecha 30 de setiembre de 1911, firmó un oneroso contrato con el señor Emilio Castro Pool (5). En la firma de este contrato participó el concejo del vecino pueblo de José Gálvez, entonces presidía esa "Corporación" municipal don Toribio Silva, por medio del contrato, el contratista, asumió la obligación de ejecutar la obra a través de la "rotura del cerro la Conga". El contratista que no contó con la maquinaria adecuada se limitó solamente a limpiar uno que otro tragadero.

El 30 de diciembre de 1912 (6), el alcalde Agapito Mariñas, nuevamente, firmó un contrato; esta vez con el señor Nicolás Álvarez Fernández de origen español y que al igual que el primero residía en Cajamarca; el monto de este contrato, carente de muchas anotaciones, fue fue de 14,000 soles equivalente a 100 solares.

En las arcas del Congreso no había esa cifra astronómica de dinero, por lo que el Alcalde optó por entregar al señor Nicolás, el equivalente de los 100 solares que el contratista los recibió con antelación a la firma del contrato.

El lote de 100 solares el contratista Nicolás Álvarez ministró ventajosamente por la debilidad de los concejales pocos listos e inexpertos, se inició en el punto denominado "Cuyuc", subió en línea recta hasta la calle denominada Camino a Chachapoyas (7), de allí avanzando en línea horizontal hasta el tragadero Millpo (8), de este punto, bajando en línea recta,hasta la propiedad de Rafael Aliaga y de este punto otra línea recta paralela al Camino a Chachapoyas hasta el punto de inicio.

Este contrato que fue francamente un desatino del Alcalde Mariñas, fue anulado por su sucesor don Agustín Quevedo, quien en sesión de Concejo realizada el 17 de marzo de 1915, lo consideró "anómalo, con vicios y omisiones", alegó incumplimiento por parte del contratista que con descaro venía usufructando el fundo de la laguna, cometiendo abusos contra los vecinos de "Macas" (9).

El Alcalde Quevedo juzgó al contrató como nocivo a los intereses del pueblo, además de otros argumentos legales que lo invalidaban, como la omisión de una cláusula referida a la fecha de entrega de la obra y falto de representatividad, toda vez que, solamente lo firmaron 75 ciudadanos, número insuficiente para una población de más de 400 pobladores.

Los esfuerzos y acciones para acabar con la dañosa laguna, muchas veces inútiles e insensatos, no cejaron en la mente de los antiguos sucrense que vieron realizados sus sueños y proyecto de años, con la elección a Diputado del Dr. Clodmiro Cháveaz Mariñas.

El gobierno de Manuel Prado a instancias del Diputado por Celendín nacido en Sucre, ordenó la R.S. del 30 de mayo de 1940, disponiendo los estudios de prefactivilidad para la construcción de un túnel que permita desaguar la laguna; ulteriores resoluciones del Ejecutivo facilitaron los medios económicos hasta la culminación del túnel de 606 mts. de largo a un costo de 500 mil soles.

La construcción del mencionado túnel que se tragó a la laguna, dió origen a la formación del río "Leal Mayo" (10) y desemboca en el río Cantange.

Si bien hoy el secado de la laguna "Huaucococha" ha recobrado actualidad, creando polémica y controversia, la constancia de los pobladores en su irrenunciable idea de ganar tierra para la agricultura y el logro de sus cosechas, tuvo su recompensa que se concretó el año 1950, con la entrega al Concejo de Sucre del fundo El Común de 175 hectáreas hábiles para la agricultura (11) que bien valdría que los alcaldes de turno lo verifiquen constantemente y guardasen su integridad con celo extremo; porque es patrimonio de todos los sucrenses.

NOTAS:

1.- Antiguos habitates del Huauco llamados así hasta el año 1940.
2.- Con este apodo probablemente se conoció al párroco José Arce, cura de Sucre en 1877.
3.- La legua marítima vale 5555 mts. por el dato de N.CH.A. La extensión de la laguna había sido de 33,330 mts.
4.- Obra: Diccionario Geográfico e Histórico Cajamarca, de Carlos Burga Larrea Pág. 757.
5.- Libro de actas del Concejo Municipal.
6.-Ibid.
7.- Así se llamó antiguamente a la avenida que es prolongación de la calle Clodomiro Chávez Mariñas.
8.- Con ese nombre se conoció primitivamente a la zona de la laguna.
9.- Centro poblado ubicado a la vera del río José Gálvez.
10.- Ese nombre adquirió después que se abrió la compuerta del túnel y dio pase al agua embalsada.
11.- El número de hectáreas del fundo entregado en adjudicación al Concejo de Sucre por el Ministerio de Fomento y Obras Públicas el 19/07/950 varía según los autores Nazario Chávez dice que se recuperó 175 hects. y Carlos Burga en su obra citada manifiesta 190 hects.

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