viernes, 4 de diciembre de 2009

Tras los rastros de mi escuela 83 "Andrés Mejía Zegarra": Prof. Gutenber Aliaga Zegarra

Podríamos aseverar que, desde hace más de cien años en Sucre, antes Huauco, existieron hombres dedicados con verdadera entrega a la educación, dedicados a enrumbar a niños y jóvenes hacia el porvenir. Los frutos saltan a la vista.

Es necesario conocer algo sobre el quehacer educativo en nuestro lar natal desde inicios del siglo pasado.

De saber, por medio de la tradición oral que nos reportan nuestros viejos octogenarios, que aún deambulan por calles y plaza de nuestro Sucre, sobre el avance educativo.

De saber, en base a la escueta información que obtuve en los amarillentos archivos, que aún habían escapado a la acción destructora de la polilla y el gusano; pero, que no pudieron escapar de las manos criminales que los hicieron ceniza hace muy poco tiempo, cuando se construyó el nuevo local escolar.

De saber, como se gestó la educación en el Huauco y quién o quiénes fueron los pioneros de nuestra educación en estos pagos que heredamos del histórico Carhuacushma.


Han desfilado, una tras otra, figuras de hombres y nombres imperecederos, con verdadera vocación de maestros, que hicieron del Huauco y de su escuela, santuarios del saber; hombres que, por su entrega total a la niñez, sus nombres quedarán grabados con letras de oro en el corazón de todo sucrense.

Hacia fines de 1890 e inicios de 1900, funcionaron en el Huauco los llamados colegios particulares, regentados o dirigidos por verdaderos maestros de vocación, muchos de ellos sin título académico. Así tuvimos las Escuelas o Colegios Particulares de don Marcelino Rojas, Agapito Mariñas, del Dr. Melquíades Horna, de doña Vicenta Sánchez y el Colegio Particular de don Artemio Tavera Soragastúa, en donde se impartía también la educación secundaria.


Así, pues, estos eximios maestros han sido los pioneros de la educación en Sucre, los emblemas sublimes de nuestro magisterio. Y sus seguidores han de convertirse, con el tiempo, en estelas luminosas para las juventudes de ayer, hoy y siempre.


De estos Colegios Particulares egresaron hombres que sobresalieron en el campo del intelecto, la política, el comercio, la industria y otras actividades humanas, especialmente del Colegio Particular de don Artemio Tavera Sorogastúa, inquieto e inteligente joven cajamarquino, que llegó al Huauco aprovechando la permanencia en esta parroquia de su padre, el cura Tavera, quedándose magnetizado el joven de marras por el verdor de nuestra campiña, el encanto de nuestras mujeres y el embrujo del “agua de la Tulula”. Fue él quien, con tesón y entrega total a la niñez, enrumbara hacia brillantes metas del profesionalismo a hombres de la dimensión de Clodomiro Chávez, Nazario Chávez, Aladino Escalante Sánchez, Saúl Silva, José María Zegarra Reyna, Alcibíades Horna Marín, Eloy Silva, Manuel Quevedo Reyna, entre otros preclaros hijos sucrenses.


El año de 1904, se instala el gobierno de don José Pardo, cuyo objetivo principal era la de impulsar la educación a lo largo y ancho del suelo patrio. El Huauco se ve favorecido con la creación de su Escuela Fiscal Elemental.


En 1905, un 1° de marzo, se crea la Escuela Fiscal Elemental N° 809 del Huauco. Es nombrado como su primer Director don Marcelino Rojas, de 62 años de edad y con 8 años de práctica docente, quien había obtenido su título un 26 de enero de 1875, otorgado por el Presidente del Honorable Concejo Departamental de Cajamarca, presidido por don Vicente Sousa.


La enseñanza por estos años solo se impartía hasta el Segundo Año, funcionando con un solo “PRECEPTOR” que, a la vez, hacía de Director. En el mes de mayo del mismo año, se realiza la primera visita Escolar Reglamentaria por el ilustre maestro celendino, don Pedro Ortiz Montoya.


En 1907, siendo Inspector Distrital de Educación don Manuel R. Chávez Reyna llega al Huauco como auxiliar don José Demetrio Sánchez Aliaga, flamante normalista profesionalizado en Lima.


En 1908, un 24 de julio, es nombrado como Preceptor Auxiliar en forma interina por orden del señor Prefecto del departamento de Cajamarca, don Emiliano Ayulo, de 18 años de edad, con estudios de secundaria.


El hombre que, años más tarde diera la idea salvadora de la creación de nuestro colegio “San José”, don Alcibíades Horna Marín, ocupa el cuarto puesto en el Cuadro de Honor correspondiente a los exámenes finales del Primer Año y en el Segundo Año, ocupando el tercero puesto en Cuadro de Honor, está el hombre que años más tarde ha de ser el padre del fundador de nuestro colegio don Elías Rodríguez Chávez.

En 1909, un 15 de marzo, son nombrados preceptores auxiliares don Eloy Silva, don Víctor Manuel Rocha y don Luis Toribio Herrera, de 23 años de edad y tres meses de práctica, sin diploma, con tercer año de media.


Según Decreto Prefectural del 7 de agosto es nombrado Auxiliar don Leonidas Acosta, de 23 años de edad y 7 meses de práctica, sin diploma.


En 1910, llega al Huauco, en visita Escolar Reglamentaria, el Inspector Departamental, don Juan Clemente Vergel; autor del libro “Aritmética”, curso fundamental que se enseñaba en aquellos años.


En 1911, hasta fines de marzo ejerce la dirección de la Escuela don Marcelino Rojas. En abril del mismo año se hace cargo de la Dirección don Luis Díaz Pinedo, nombrándose también como auxiliar a don Rafael A. Tavera Guarnillas.


En 1912, asume la Dirección don Víctor Manuel Rocha.


En 1914, se incorpora a esta pléyade de educadores don Manuel Quevedo Reyna, hombre que más tarde dirigiera los destinos del Huauco, considerándosele ahora como uno de los caballeros ejemplares del ayer.


En 1915, es nombrado auxiliar don Emilio Aliaga y Reyna, asumiendo luego la Dirección.


En 1916, con fecha 13 de abril es nombrado por el Ministerio del Ramo don Nicanor Aliaga Zegarra, de 34 años de edad y 7 meses de práctica, con instrucción primaria completa, haciéndose cargo de la Dirección el 1° de mayo del mismo año.


En 1917, ocupando el primer puesto en el Cuadro de Honor del Primer año está el alumno Hildebrando Zegarra Reyna, quien años más tarde se convirtiera en el forjador del fútbol huauqueño y ocupando el tercer puesto en el Segundo Año está el alumno Aladino Escalante Sánchez, quien años después sería Primer Director Pedagógico del Colegio “Celendin”, hoy “Coronel Cortesana”.


El 19 de diciembre de ese año se crea la Escuela Fiscal de Mujeres N° 810.


En 1918, el 1° de marzo, según Resolución N° 4013, el señor Alcalde don Nazario Chávez y el señor Inspector de Educación, don Manuel Gil, dieron posesión como Director de la Escuela a don Luis Toribio Herrera. Pero el 12 de marzo las mismas autoridades, de acuerdo a la Resolución 382 de fecha 13 de febrero, dan posesión como Director al Normalista Diplomado don Manuel R. Marín, de 35 años de práctica, en reemplazo de don Luis Toribio Herrera.


El 26 de mayo, según oficio N° 16 del 7 de abril, fue nombrado, por la renuncia de don Guillermo A. Urrelo, el señor Rodolfo Salazar quien, al iniciar sus actividades educativas el Colegio “San José” en 1964, cedió gentilmente su casa para que funcione nuestro colegio.


En 1920, el Normalista Manuel R. Marín, en presencia del señor Alcalde don Benjamín Marín Calla, entrega la Dirección de la Escuela al normalista Saúl Silva; quedando como su auxiliar el preceptor Eloy Silva.


En 1922, asume la Dirección de la Escuela el normalista José Demetrio Sánchez.


En 1924, deja de ser Escuela Fiscal Elemental N° 809, para ser Escuela Fiscal Elemental N° 802.


En 1925, asume la Dirección de la Escuela el preceptor Eloy Silva.


En 1926, el preceptor Eloy entrega la Dirección de nuestra Escuela al normalista Clemente V. Díaz Cáceres, en mérito al Oficio N° 347 del 2 de octubre, emitido por la Inspección de Enseñanza de Celendin.


Según Resolución N° 337 del 21 de octubre es nombrado como auxiliar el normalista Máximo Silva Gómez.


En 1928, es nombrado como tercer Auxiliar don Nicanor Aliaga Zegarra.


El 27 de abril, por orden superior, la Escuela Fiscal Elemental N° 802 es elevada a la categoría de CENTRO ESCOLAR N° 83, por orden dada del Director Departamental de apellido Badani.


Es imperativo relevar el nivel al que llegó el Centro Escolar N° 83 bajo la dirección del Normalista Clemente Díaz. Fue tal su renombre, que transcendió los límites del distrito para atraer, como poderoso imán, a alumnos hasta de otros departamentos. No era para menos, dada la calidad de los auxiliares de entonces, en especial de: Máximo Silva Gómez, Víctor Camacho Sánchez, Víctor Sánchez Quevedo, Manuel Quevedo Reyna, quienes hicieron de la enseñanza la mística de su vida. Ser alumno del 83, por entonces, fue un timbre de honor y orgullo para quienes lo fueron.

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